Cuando hablamos de telas, tendemos a hablar de las telas que podemos ver, pero ¿qué pasa con las telas que no vemos como refuerzos?
Conocimos a Alberto Andreu, Fundador de Componentes Sostenibles, especialista en refuerzo y distribuidor de Rhenoflex .
- ¿Puedes contarnos la historia de Rhenoflex?
Nació hace 70 años en el sur de Alemania. Mucho ha cambiado desde entonces, pero seguimos teniendo el mismo deseo de innovación. Para Rhenoflex, innovación y sostenibilidad van de la mano. Por eso nos hemos convertido en el líder mundial en soluciones de refuerzo para calzado y complementos. Todo esto se puede ver en este vídeo de LinkedIn.
- ¿A qué retos os enfrentáis a la hora de introducir vuestras soluciones de refuerzo sostenible en el mundo del calzado y los complementos?
El principal desafío es distanciarnos del greenwashing. Rhenoflex Eco-Level cuenta con tres grupos de materiales sostenibles según el porcentaje de reciclaje sintético, bioplásticos o rellenos naturales: una hoja significa hasta un 30% de contenido sostenible. Dos hojas, del 30% al 60%. Y tres hojas significan que los materiales tienen más del 60% de contenido sostenible. El segundo reto es fabricar un material sostenible a precio de mercado. No tiene sentido tener un producto muy sostenible si es demasiado caro para la mayoría de la gente. Otro desafío es producir materiales con el menor impacto ambiental posible. Coincidimos con Patxi de Naturalista: Nuestro objetivo es conseguir el equilibrio entre sostenibilidad, confort, calidad y durabilidad. En nuestro último proyecto, PalmiElx, hemos conseguido un producto social, económica y medioambientalmente sostenible.
- En términos de sostenibilidad, ¿en qué se diferencian los refuerzos para calzado Rhenoflex de las opciones convencionales?
Los refuerzos de calzado convencionales son más contaminantes porque tardan mucho en degradarse. Son 100% polímeros: plástico, en otras palabras. Los más sostenibles tienen un porcentaje de plástico reciclado, pero sigue siendo plástico 100% contaminante. Los productos más sostenibles de Rhenoflex incluyen residuos orgánicos y polímeros biodegradables. Esta combinación los ha hecho no sólo biodegradables sino compostables (según ISO 14855), lo que significa que se convierten en compost o fertilizante al final de su vida útil en el vertedero.
- ¿Qué procesos y herramientas utilizas para innovar?
Nos centramos en los residuos orgánicos. Por ejemplo, en materiales con residuos de poda de palmera, trabajamos con el ayuntamiento para organizar la recogida de estos residuos, que van a una empresa que se encarga de triturarlos, secarlos y molerlos hasta un tamaño determinado. Usamos el polvo para fabricar suelas de zapatos, reduciendo el plástico entre un 20% y un 40%. Las partículas más grandes se utilizan para los refuerzos de nuestros zapatos, con un 30% de palmera en lugar de plástico. Hasta ahora los residuos de poda de palmeras iban a un centro de gestión de residuos y se convertían en compost. El problema es que cuesta más producir el compost que el producto en sí, un coste que pagamos los contribuyentes. Por otro lado, como hemos dicho antes, solucionamos la contaminación ambiental de los vertederos sustituyendo el plástico por componentes naturales y biodegradables. Otra de nuestras vertientes sociales es nuestra contribución al mantenimiento de un patrimonio de la humanidad como es el Palmeral de Elche.
- ¿Qué destacarías de Canussa?
La capacidad de María Cano para trabajar con los mejores profesionales. Lo que más me gusta de Canussa es su forma de ser. Su calidad humana se puede aplicar a la marca. La mejora continua está en su ADN. Se esfuerzan por ser auténticos: si son sostenibles, sean lo más sostenibles posible. Canussa es transparente, 100% vegana y no compromete la calidad de sus productos.